EL TOPO
NO CON MI DINERO
Diario de Alcalá 18 de diciembre de 2006
Aparecen otra vez los inversores de los sellos. Reclaman ahora que el Estado se haga cargo de la deuda, que les descuenten impuestos y que “el gobierno afronte el asunto como responsable subsidiario”. Y además pretenden convencer a los partidos para que se cree un fondo donde cobrar sus dineros perdidos. La idea no es mala para estos personajes ambiciosos y muchos de ellos cercanos a las pilas de agua bendita. El asunto se puede contar de otra manera: Un hombre huraño, solterón por retraído, avaro y ahorrador, consigue guardar en el calcetín de su casa la nada despreciable cantidad de doce mil euros. No se fía de nadie. El es hombre serio y poco gastador, no sabe muy bien para qué junta el dinero, pero por si acaso. Sus ahorros los deposita en la Caja de Ahorros de toda la vida, aunque haya cambiado de nombre varias veces. Pero un día el director de la sucursal donde él acude, le invita a un café y le comenta la posibilidad de aumentar sus dineros con una inversión en La Bolsa. El hombre ahorrador decide días después: las acciones fluctúan muy frecuentemente y su dinero, conseguido con tantas renuncias, no se lo puede jugar a la ruleta del mercado. Pero habla con aun amigo, el único en quien confía, que le comenta la existencia de un negocio rotundo. Se entrevista con hombre muy bien vestido, quien le señala dos factores importantes: nombres confidenciales de personas serias como nuestro huraño conocido, que se fían de la empresa y la devolución de la inversión en un plazo mínimo de tiempo. Por si fuera poco halaga la ambición con un sustancial tanto por ciento de interés libre de impuestos pues compra objetos de coleccionista. El ambicioso invierte porque no hay impuestos y tima al Estado. Las empresas Forum filatélico y Afinsa caen en el agujero negro de la estafa, y ahora el avaro solterón retraído, quiere que el Estado y Gobierno pague el desaguisado. Pero da la casualidad que yo también formo parte del Estado, pago hipoteca, no ahorro, pago impuestos IVA incluido y aparte, consumo, trabajo, y no ahorro, ciertamente tampoco soy avaro, más bien manirroto, y el dechado de virtudes quiere que yo contribuya con mis impuestos, para alimentar su avaricia, sus maneras antisociales y su ambición de hormiga. Pues, parafraseando el lema tan repetido estos días, “con mi dinero, no”. Si esto es el timo de la estampita –los sellos son estampillas-, y se ha querido embaucar a una persona que se hace el imbécil cambiando un sobre lleno de dinero por unos billertes y no salieron las cuentas, hay que castigar al estafador, es decir al avaro inversor, que se las da de listo y compra un sobre lleno de papel de periódico por suculentos billetes de quinientos euros, y no al pobre tonto que aparenta confundir los billetes con estampas… así pues “con mi dinero ni un duro”, que cada palo aguante su vela…
Aparecen otra vez los inversores de los sellos. Reclaman ahora que el Estado se haga cargo de la deuda, que les descuenten impuestos y que “el gobierno afronte el asunto como responsable subsidiario”. Y además pretenden convencer a los partidos para que se cree un fondo donde cobrar sus dineros perdidos. La idea no es mala para estos personajes ambiciosos y muchos de ellos cercanos a las pilas de agua bendita. El asunto se puede contar de otra manera: Un hombre huraño, solterón por retraído, avaro y ahorrador, consigue guardar en el calcetín de su casa la nada despreciable cantidad de doce mil euros. No se fía de nadie. El es hombre serio y poco gastador, no sabe muy bien para qué junta el dinero, pero por si acaso. Sus ahorros los deposita en la Caja de Ahorros de toda la vida, aunque haya cambiado de nombre varias veces. Pero un día el director de la sucursal donde él acude, le invita a un café y le comenta la posibilidad de aumentar sus dineros con una inversión en La Bolsa. El hombre ahorrador decide días después: las acciones fluctúan muy frecuentemente y su dinero, conseguido con tantas renuncias, no se lo puede jugar a la ruleta del mercado. Pero habla con aun amigo, el único en quien confía, que le comenta la existencia de un negocio rotundo. Se entrevista con hombre muy bien vestido, quien le señala dos factores importantes: nombres confidenciales de personas serias como nuestro huraño conocido, que se fían de la empresa y la devolución de la inversión en un plazo mínimo de tiempo. Por si fuera poco halaga la ambición con un sustancial tanto por ciento de interés libre de impuestos pues compra objetos de coleccionista. El ambicioso invierte porque no hay impuestos y tima al Estado. Las empresas Forum filatélico y Afinsa caen en el agujero negro de la estafa, y ahora el avaro solterón retraído, quiere que el Estado y Gobierno pague el desaguisado. Pero da la casualidad que yo también formo parte del Estado, pago hipoteca, no ahorro, pago impuestos IVA incluido y aparte, consumo, trabajo, y no ahorro, ciertamente tampoco soy avaro, más bien manirroto, y el dechado de virtudes quiere que yo contribuya con mis impuestos, para alimentar su avaricia, sus maneras antisociales y su ambición de hormiga. Pues, parafraseando el lema tan repetido estos días, “con mi dinero, no”. Si esto es el timo de la estampita –los sellos son estampillas-, y se ha querido embaucar a una persona que se hace el imbécil cambiando un sobre lleno de dinero por unos billertes y no salieron las cuentas, hay que castigar al estafador, es decir al avaro inversor, que se las da de listo y compra un sobre lleno de papel de periódico por suculentos billetes de quinientos euros, y no al pobre tonto que aparenta confundir los billetes con estampas… así pues “con mi dinero ni un duro”, que cada palo aguante su vela…
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